Datos del Libro:
Autor: María Lydia Torti.
Editorial: Tahiel.
Año: 2016.
Ilustración de tapa: Herminia Piacentini.
Prólogo: Osvaldo Víctor Fernández.
Ejemplar de la Biblioteca D. F. Sarmiento de Cañuelas.
Reseña:
"Somos el Águila y la Paloma entre sábanas de yerba y luna llena"
Mi apreciación sobre la obra es la palabra de un amante de la lírica en el compromiso de hablar del libro de una colega y entrañable amiga.
Sin duda leer a María Lydia Torti es penetrar en ese universo paralelo que le es propio, porque es allí y no en otro lugar en donde encontramos a la verdadera, en cuerpo y alma.
"Aunque soy un pequeño átomo del polvo del planeta", dice, y se convierte a lo largo de toda la obra, en la sustancia a través de la cual viajaremos por ese mundo de desamores transformado en poemas.
Paúl Valéry dijo alguna vez: "Uno no concluye un poema; lo abandona". Todo lo contrario, pasa en este libro; no te va a quedar esta sensación, lector. Vas a experimentar todos los estados posibles del sentimiento amoroso y su contrapartida. No vas a sentirte en medio del desierto como propone Valéry.
"Y caía la lluvia sobre los techos erectos de mis pezones", dice ahora nuestra escritora y poeta. Releo una y otra vez el fragmento y vivo esa imagen sutilmente erótica; Torti ha demostrado en algunos cuentos de su último libro "Cuentos de la mujer", un exquisito sentido del erotismo. Digo algunos, porque no todos corresponden al género mencionado. También aquí lo encontramos.
Su lenguaje coloquial sorprende por la audacia con que juega con sustantivos, adjetivos y verbos, preñados de sensualidad.
Tiene un don natural nuestra escritora en la palabra y en lo humano, que la ha convertido en referente indiscutido y ejemplo en su Cañuelas natal.
"Es como el trasiego del trigo, del aceite, del vino añejo".
Con estas simplezas, su lenguaje fluye y va a llegarte, lector, en esta sed de cercanía poética que te incluye, desde el mismo momento en que te acercas a la obra.
En la poesía de María Lydia, el verso está vivo, se mueve, salta, se balancea. Sus peripecias son búsquedas a través de itinerarios imaginarios y reales.
"Sabía que no debía bajar dos veces por el mismo río", afirma aludiendo a la célebre frase de Heráclito. Sin embargo, concluye el poema con la realidad existencial; los seres humanos actuamos atentos al deseo, que es mucho más significante que la razón.
"Tú, hábil cazador. Yo, liebre cazada".
La voz poética nos habla de la victimizada, aquella que se encierra estoica en el desamparo que padece, pero en el que curiosamente se siente a salvo, porque lo que importa es volver a AMAR.
Y el viaje llega a su fin, luego de recorrer las cuestiones insoslayables del alma; comunes a vos, a mí, y a todos aquellos que nos abrimos camino en este mundo de desamores y de luchas por el encuentro con la felicidad, que es "ser AMADO".