Los dirigentes de la comitiva del Encuentro de Líderes Globales dejaron la ciudad cabecera de las actividades para establecer una audiencia con el alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris; y el vicealcalde y asesor de Ambiente, Raffaele Del Giudice.
En el ayuntamiento de la tercera ciudad más poblada de Italia, la doble reunión que se extendió durante todo el día, se basó en tres temas sobresalientes. Dos contenidos preestablecidos: ingresos y autonomía municipal, y tratamiento de residuos sólidos urbanos; más un tercero agregado en la conversación por la intendenta Fassi basado en la policía local y seguridad ciudadana.
En el caso de los ingresos y autonomía, al igual que el resto de los municipios italianos y la mayoría de los europeos, la comuna de Nápoles recibe un porcentaje enorme de sus ingresos totales, que representa entre en un 80% y 90%, de manera directa, por parte del gobierno nacional a partir de los mecanismos usuales de coparticipación. Como ha sido establecido previamente por las autoridades de Roma, los países de la comunidad económica europea distribuyen, sujeto a disposiciones nacionales, entre el 18% y 27% del total de los ingresos federales a sus comunas; mientras que en Argentina solo se asigna el 5% del total del presupuesto nacional.
En el caso de los municipios italianos está distribución, más allá de estar reglamentado por la Ley de Finanzas, permite cierta discrecionalidad que genera tensiones políticas, sobre todo si el gobierno federal y el local no pertenecen al mismo partido. En el caso de Nápoles, el intendente reelegido proviene de un estamento público y pertenece a un movimiento vecinal, potenciado por agudas crisis de los partidos tradicionales de Italia.
Referido al tratamiento de residuos Nápoles resulta una experiencia importante, puesto que con este tema en particular la comuna ha sufrido crisis cíclicas que ha significado en los últimos 30 años un problema de difícil resolución, establecido por la generación de más de 1500 toneladas de residuos diarios. A partir de la asunción del actual intendente, el servicio y el tratamiento fue asumido en su totalidad por el Estado, que género simultáneamente, localidad por localidad, un programa de instrucción de clasificación de la basura y un profundo plan escolar y social de toma de conciencia desde la edad temprana (sistema educativo italiano le da responsabilidad de los primeros cinco años a los estados municipales), generando en los últimos seis años avances muy positivos en todos los sectores sociales de la comunidad.
En los últimos seis años Nápoles ha transformado la conciencia ciudadana y ha generado avances muy positivos al respecto. Actualmente el Estado local trata el 90% de la basura que genera la ciudad con el sistema de clasificación previa, otorgándole a los turistas y a los lugareños una comuna más limpia y ordenada que hace diez años, donde los indicadores de limpieza urbana eran alarmantes, producto de un proceso muy ineficiente.
Ante la consulta de la mandataria de Cañuelas, De Magistris y sus colaboradores precisaron detalles operativos y presupuestarios de la Policía Local de Nápoles. El periodo de formación de los efectivos es de 4 meses de estudios y los habilita al uso de armamento. Al igual que en toda la comunidad europea la tarea del cuerpo de seguridad es de proximidad, cercanía y prevención; con intervención en el tránsito y sin la facultad para tomar denuncias ni realizar investigaciones. Se distribuyen generalmente de a pares y el 80% de la fuerza cubre la cuadrícula caminando o con paradas fijas y el 20% restante en móviles.
La Policía Local napolitana, como en toda Italia, convive con la Policía Nacional y la Guardia de Finanza a cargo de la tarea de investigación y represión del delito. La fuerza municipal, con vastos años de experiencia, cuenta con 2.600 agentes y alta participación de mujeres. Al culminar la reunión, Fassi y Arrieta fueron invitados a examinar las instalaciones del centro de operaciones de la Policía Local, las cabinas de control y la unidad de intercomunicaciones, ubicadas dentro del palacio comunal.