Datos del Libro:
Autor: Carlos Vega.
Editorial: A. Bonifacini y Cía.
Año: 1932.
Ejemplar de la Biblioteca D. F. Sarmiento de Cañuelas.
Reseña:
LOS “CUENTOS MÍNIMOS” DE AGUA
En el periódico El Combate de Cañuelas se registran, hacia 1929, unas publicaciones de Carlos Vega, que su propio autor da en llamar “cuentos mínimos”. Esta colección aparecerá en libro tres años después bajo el nombre de “Agua”. A varios críticos no les convenció demasiado esta nueva incursión, y llegaron a decir que nada autorizaba a llamarlos “cuentos”; son “apuntes, borradores, esbozos, croquis (…) sobre el puño o sobre una servilleta de papel”, escribía Lucas Godoy en Mundo Argentino de Buenos Aires. Pero algunos encontraron que sus personajes estaban definidos con precisión. Del otro lado del Atlántico, su amigo español Andrés Segovia, uno de los mayores guitarristas clásicos del siglo, le escribía:
“Sus cuentos me han gustado. Son mínimos como la hormiga, y no concluyen en donde acaban. La última línea abre siempre el horizonte mental, en vez de cerrarlo, y esa visión interior hacia donde nos arroja la sugerencia, nos deleita y sorprende. La sonrisa es siempre su premio. Unas veces, de buen humor, otras, melancólica. Pero siempre fina y ligera. En lugar de no estar más que escritos, parecen porciones captadas con viveza de una conversación aún caliente, en la que, como siempre, había varios que contaban –que contaban bien”.
Contemporáneamente, nuestra escritora María Lydia Torti arriesga afirmar que Agua es una forma precursora de la “cuentística breve” en América: “Se anticipa a Monterroso al que se lo considera el propulsor de esta nueva literatura. En nuestro país hubo otros cultores como Borges, Anderson Imbert, Denevi, y en Uruguay, Galeano; pero todos posteriores a Vega”.