(Capital Federal, 1909)

Lucio Vicente García Ledesma nació en Capital Federal el 8 de noviembre de 1909. Hijo de Lucio José García Ledesma y Rosario Del Carmen Ledesma Arocena. Su padre falleció cuando tenía 7 años, y desde entonces vivió con su abuela en una casona del barrio de Congreso sobre la calle Bartolomé Mitre. Cursó sus estudios básicos en el Colegio Lasalle, y después ingresó a la Escuela Naval, carrera que se cortó abruptamente. “Hicieron una broma cuando estaba de imaginaria, y al no querer delatar al culpable, el episodio le costó la carrera”, cuenta su hijo Jorge. Muchos años después, el cadete, ya en un alto grado de la Armada, quiso agradecer de alguna manera a quien salvó su carrera. Lucio no aceptó nada a cambio, y siempre mantuvo en reserva el nombre de su compañero. La vida, en otras circunstancias y otro país, iba a reconocerle un ascenso.

Luego de su trayecto frustrado en la Escuela Naval, trabajó en la administración rural de establecimientos familiares por línea materna, en Arocena y Wheelwright, provincia de Santa Fe. Hace una incursión al Chaco como transportista, y en la década del ‘30 viaja a Asunción del Paraguay, país que transitaba la guerra con Bolivia. Por lo que luego llamará “ideales”, Lucio se enrola en el ejército paraguayo. Sufre en batalla una herida que lo deja al borde de la ceguera, vuelve a Buenos Aires a curarse y su madre no lo deja retornar. Era Lucio García Ledesma, teniente 1°.

Con la empresa constructora Polledo Hnos. que había conocido en el Chaco, en 1936 llega a Cañuelas para el relleno y amojonamiento de la ruta 3 hasta Las Flores. En la compañía se desempeña como sobrestante (asistencia de inspección y control de obra), y en la estación de combustible de Avelino Cimadevilla (San Vicente y Del Carmen, hoy YPF) conoce a la hija de este, Amor Luz Divina Cimadevilla, el amor de su vida. Se casaron en nuestra ciudad el 7 de enero de 1939, matrimonio del que nacieron Luz Rosario, Lucio Avelino, María de las Mercedes y Jorge Ernesto.

García Ledesma, ahora junto a su familia, vuelve a Chaco para seguir trabajando en la empresa constructora. En Resistencia participa de la fundación de la emblemática casa cultural “El fogón de los arrieros”, tal figura en su placa, club-taller que a partir de 1943 reunió artistas e intelectuales y con el tiempo hizo de la capital chaqueña un emergente en las artes plásticas. Por aquellos años también resultó decisivo su hallazgo de antiguos planos que daban cuenta de la ubicación exacta de la ciudad Concepción del Bermejo (1585), oculta bajo el impenetrable chaqueño. “La aguja en el pajar” fue el nombre de la publicación que relevaba estos documentos, aún no valorada en su carácter precursor. Este puede considerarse el comienzo de Lucio García Ledesma esclarecido investigador de nuestra historia.

A comienzos de la década del ’50 regresa con su familia a Cañuelas. Trabaja como viajante de ferretería, y luego en la estación de combustible de su suegro Avelino Cimadevilla. Dos vías distintas, el reconocimiento y la inspección del terreno (Lucio aprendió los rudimentos del agrimensor en la empresa constructora, aunque nunca cursó la carrera) y la lectura de la literatura histórica, quizá inspiraron la búsqueda de los orígenes del partido. En Cañuelas dos acontecimientos lo acercaron definitivamente a nuestros documentos: en la década del ’60 es convocado por una inundación en el sótano del edificio municipal para el salvataje y la organización del archivo; en otra oportunidad, en el Juzgado de Paz halló cartas del siglo XIX, una de ellas firmada de puño y letra por Juan Manuel de Rosas.

De esta manera, a partir de la década del ’60, junto a Arturo Gallino Dungey, creó y dirigió la Junta de Estudios Históricos de Cañuelas. García Ledesma en particular interesado en publicar solo aquello respaldado por documentos. Así pudo demostrar, por ejemplo, que el nombre Cañuelas ya aparece en papeles del siglo XVII; la ubicación exacta de la Guardia del Juncal; que el pacto entre Rosas y Lavalle ocurrió en Cañuelas y no en Virrey del Pino; la llegada del primer toro de tarquino de raza shorthorn a la estancia La Caledonia, entre otros hechos hoy indiscutidos y verificados por la Academia Nacional de Historia para todo el país.

El trabajo en libro que “abre las compuertas de la historiografía de la ciudad y partido de Cañuelas, desde sus más remotos orígenes” según el prólogo de José María Prado, es Bases documentales para la historia de Cañuelas, escrito que obtiene el primer premio en el  VI Concurso de Monografías inéditas sobre historia de los pueblos de la Provincia, con motivo del II Congreso de Historia, realizado en Tandil en 1972. El mismo que verá la luz recién en 1979 auspiciado por la Municipalidad de Cañuelas e inicia, a su manera, el apoyo de la comuna local a autores del pueblo (la segunda edición ampliada se publicará en 1994, junto a un apéndice documental).

Esta Biblioteca Digital ofrece las dos ediciones de Bases documentales para la historia de Cañuelas, y los tres Cuadernos del Pago (1985, 1992, 1993) con investigaciones complementarias o que preparaba para la segunda edición de su libro. Los Cuadernos del Pago –editados por la Municipalidad y la Junta de Estudios Históricos- continuaron los años siguientes bajo la dirección del arquitecto Carlos Moreno.

Entre los trabajos no publicados de Lucio García Ledesma se pueden contar: “Vagos, mal entretenidos, seguridad y delincuencia en la campaña”, “Latas de esquila y estancias ovejeras de Cañuelas” y “Puentes, pasos del Matanzas y comunicaciones de Cañuelas”.

Afiliado a la Unión Cívica Radical desde sus 18 años, fue concejal en el año 1958 (intendencia de Estavillo) y presidente del Concejo Deliberante al final de su vida, en la década del ´90. Presidente de la Biblioteca D. F. Sarmiento entre 1986 y 1992. Miembro en la provincia de Buenos de Aires de la Sociedad de Historiadores, Directores de Museos y Junta de Historia y Numismática. Antes de su muerte, se comenzaron las gestiones para su ingreso a la Academia Nacional de Historia.

En los últimos años como concejal y trabajador de la cultura del Municipio era su deseo y el de otros cañuelenses la creación de un museo regional que albergara territorio, objetos y archivo documental. A partir de 1996 García Ledesma fue el primer director de un museo que funcionaba dentro del área de cultura, en el Cine Teatro.  El 15 de noviembre de 1997, meses después de su muerte, luego de que su familia donara gran parte de su archivo documental, el museo ocupa su sede actual en la esquina de Brandsen y San Martín, con la dirección a cargo de Jorge Claudio Morhain. Recién el 16 de julio de 2007 se le impuso el nombre Museo y Archivo Histórico “Lucio V. García Ledesma” en justo reconocimiento.

El Archivo de Geodesia de la Provincia designó una sala con su nombre, y en Cañuelas desde 1999 una plazoleta entre Monseñor Schell y Soldado Juan de Dios Lara, en el barrio Obrero, también lo lleva. La Biblioteca D. F. Sarmiento digitalizó el documental “Desde la Tierra” (1996) con las últimas imágenes del historiador y actualmente se puede ver en YouTube.

Lucio Vicente García Ledesma falleció en Cañuelas el 4 de abril de 1997. Sus restos descansan junto a los de su esposa en el cementerio municipal.

Datos: Jorge García Ledesma, El Ciudadano Cañuelense, Biblioteca D. F. Sarmiento, Museo y Archivo Histórico Municipal.

Publicaciones